BoardingCam

Creo, que la verdadera experiencia americana la he encontrado Washignton y no en Nueva York. Esta es una ciudad que rebosa historia por sus cuatro costados, un lugar abierto a mostrarnos un poco más sobre sus raíces y sobre el patrimonio de los estadounidense. Sus calles, llenas de edificios y monumentos funcionan como huellas del tiempo. El Capitolio, The Mall, la Casa Blanca, el monumento a Washington o el Lincoln Memorial, son buena muestra de ello.

Indudablemente es una ciudad llena de contrastes, por una parte políticos, diplomáticos, hombres de negocio y empleados del gobierno. Por la otra, inmigrantes de clase media o pobre que aqui residen.

Entre las muchas cosas que me ha sorprendido, está la amabilidad de sus gentes. Perdido a veces en la voragine del metro o de sus calles, solo tienes que preguntar a cualquier transeunte y te dará mil explicaciones o te acompañará un trozo. Más impresionante, eso ocurre a veces sin preguntar siquiera. Con solo ver tu cara de confusión, se acercan a ofrecerte ayuda.

Hace unos días os decía: si me pierdo alguna vez, buscadme en Manhattan. Hoy os digo probad también en Washigton, me han quedado algunas cosas por ver en esta ciudad en la que uno se siente como en casa. No en vano se creó con anchas avenidas, aceras pensadas en y para los peatones, muchas plazas públicas y espaciosos parques, con un aire parecido a ciudades como Madrid o Barcelona. O sea que, repetiré esta magnífica experiencia.

Y ahora como viene siendo habitual, dejaré la palabra para pasar a la imagen. Espero poder trasnmitir con ella lo que en realidad siento en estos momentos.

Os invito a a compañarme a este viaje, en tiempo presente, a la capital de los Estados Unidos: Washington DC.